Publicado en Íntimo, Divagaciones

Entrar y Salir

La estrella en el firmamento.
El ser humano en este planeta.
La cultura en una tierra.
El país en la crisis.
La cautiva en su cárcel.
El satélite en su órbita.
La vida en tu vientre.
El interno en el hospital.
La emigrante en otro país.
El deprimido en su sino.
La mujer en su ciclo.
El dinero en mi cuenta.
La soñadora en su sueño.
El sol en el cielo.
La duda en mi cabeza.
El animal en su madriguera.
La secretaria en la oficina.
El borracho en el bar.
La jugadora en la partida.
El usuario en el sistema.
La actriz en escena.
El chicle en tu boca.
La viajera en el metro.
El tren en el túnel.
La necedad en mis oídos.
El whisky en el vaso.
La cuchara en tu boca.
El aire en mis pulmones.
La pala en la fosa.
El hacha en el tronco.
La bota en el charco.
El mortero en la vasija.
La sangre en tu corazón.
El pistón en el motor.
La electricidad en el circuito.
Yo en ti.
Tú de mí.

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Un collar de besos (emails)

23/11/2009

ella: «Me han encantado esos besos que me robaste esta mañana. La única pena ha sido tener que echar a un lado las mariposas que me acechaban el estómago para dejar paso a la comida de mi amiga.
Se me está ocurriendo que a lo mejor me encuentro regular cuando empiece la última clase y me tengo que ir pronto a tu pueblo a ver si se me pasa el dolor de cabeza, ¿cómo lo ves?
Que sueñes con las angelitas 😉
P.D.
No se si podré esperar al miércoles.»
ella: «Ojazos, me ha encantado pasar la tarde contigo, da igual que hubiéramos estado estudiando, me habría gustado lo mismo.
Me he dado cuenta de que me iba con tu olor, así es que he pasado por casa de una amiga para estar un rato allí y así también desconectar de las horas tan buenas que hemos pasado juntos. Espero que tú también te hayas quedado con el mismo buen sabor de boca que me he quedado yo.
Me dormiré soñando con tus abrazos…»
yo: «No se qué decir… cualquier palabra se queda corta…
Ya ni siquiera por escrito soy capaz de describir esta sensación.
Sobre todo me alegra que tú estés bien, y si es estando conmigo, tomo mi yo se llena de gozo.

Te diría que fueras prudente, pero sería negarme a mí mismo que quiero verte. Debes ser tú quien ponga el «ritmo» y, si fuera necesario, parar con todo esto. Yo lo entenderé.

Está en tu mano.           Es tuya.

Me siento afortunado.

No se qué más decir…
El mundo es maravilloso…     si nosotros lo queremos.»
yo: «Un collar de besos.»