Escrito para el reto de un club de escritura. Intentando ser lo más «feminista» que soy capaz de ser. Con deseo de convertirlo en cómic, y en camino.
Llamadas de última hora, cuentas que no cuadran, el móvil sin batería y sin cargador… y para colmo, llueve. El sonido de la llave cerrando el despacho le hace desear a Mónica que ya todo lo malo haya pasado, que no pueda ir a peor.
La noche ya se ha cernido sobre la ciudad… y sobre ella. Busca las calles con terrazas y marquesinas que la protejan de la lluvia. Llega a la calle de los soportales, aquella donde siempre mira los escaparates a horas más tempranas. A la mitad del camino hay tres chicos riendo e intercambiándose algo. Mónica duda si pasar junto a ellos o por fuera del soportal, a costa de mojarse. Cree que no pasará nada y sigue recto. Cuando se acerca, uno de ellos se fija en ella y le dice:
—¡Eeeeh! ¡guapa! ¿tienes ganas de juerga? Sigue leyendo «El soportal insoportable»